La escuela es un entorno protegido donde niños y niñas aprenden a convivir, desarrollan su personalidad y descubren la complejidad de las relaciones humanas. En este contexto, sus docentes son las figuras de referencia con las que contrastan lo que sucede en su pequeño mundo, por lo que sus actitudes y opiniones influyen en la forma en que los y las más pequeños entienden la realidad que los rodea. En temas sensibles como el género, la protección de la infancia, la diversidad familiar o de culturas y creencias, el profesorado necesita estar preparado para contestar las preguntas y comentarios que surjan en la escuela con información clara y respetuosa.
Junto a la familia tradicional o nuclear, en las últimas décadas se han hecho cada vez más visibles otros modelos de familia. Hay niños y niñas que viven con su padre o con su madre, con dos padres, con dos madres o con la nueva pareja de su madre y sus hijos o hijas. Hay familias formadas o ampliadas a través de una adopción, familias de acogida que se hacen cargo de la crianza de niños y niñas a los que el Estado ha separado de sus familias de origen. También los hay que viven en centros de acogimiento residencial bajo la tutela del Estado.
Alumnos y alumnas deben saber y comprender que hay múltiples formas de formar una familia.
En la infancia no se tienen filtros. Se dan cuenta de todo cuando se trata de lo que dice la gente o de cómo se ve la gente. Los niños y niñas en la escuela también pueden empezar a entender que sus familias pueden ser diferentes. Pueden empezar a cuestionarse si su familia es «buena» o «mala» cuando se enfrentan a otras familias que no se parecen a la suya.
Algunas de las preguntas que pueden aparecer son
Crear un espacio para que los niños y niñas dejen florecer su curiosidad, sobre todo cuando se comparan con el resto del grupo, será un aspecto esencial de su aprendizaje. El papel del profesorado es vital para ayudarles a aprender a respetar, aceptar y acoger sus dinámicas familiares -y las de los demás- que puedan parecer «diferentes» a las suyas.
Al final, lo mejor que puede hacer es proporcionar a su alumno un entorno que les permita sentirse seguros y aceptados. Rodearles de ejemplos positivos, y de experiencias lúdicas diversas mientras aprenden, les ayudará a reforzar su confianza y aceptación.
Al final, recuerda siempre:
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