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De la escuela primaria a la secundaria

Empezar en un nuevo colegio o pasar de la educación primaria a la secundaria, especialmente si implica un cambio de centro, puede ser un momento abrumador para cualquier niño o niña. Para los niños y niñas adoptados y los que viven en familias de acogida o centros residenciales puede ser incluso más difícil. Acciones como permitirles conocer la escuela y a ciertas personas del personal docente con anterioridad pueden ayudar a reducir la ansiedad y facilitar la adaptación al nuevo entorno.

El comienzo de la enseñanza secundaria es un acontecimiento importante para todos los niños y niñas. De hecho, muchos centros tienen procedimientos bien establecidos para facilitar la transición. Para quienes no siempre han contado con el apoyo sensible de personas adultas durante su infancia y han experimentado cambios drásticos en su trayectoria vital, la transición puede resultar especialmente abrumadora. Los recuerdos conscientes o subconscientes de cambios desagradables o dramáticos en el pasado añaden una capa adicional de complejidad y ansiedad. A veces, el cambio se da al mismo tiempo que otros cambios importantes en su vida, como el traslado de un centro residencial a una nueva familia o de un centro a otro. Estos cambios son ya de por sí situaciones muy estresantes en las que todo lo familiar desaparece y deben adaptarse a nuevos espacios, personas, normas y rutinas.

Quienes han sufrido adversidades tempranas pueden necesitar ayuda adicional para garantizar su bienestar en la escuela, particularmente en momentos de cambio. 

La aparición de comportamientos que se perciben como problemáticos pueden estar relacionados con sus experiencias vitales y, con mucha frecuencia, el personal escolar se desconcierta al comprobar que las estrategias que tienen éxito en el aula con el resto del grupo no resultan eficaces. 

Sus familias (o profesionales de referencia si viven en centros de acogimiento residencial) pueden proporcionar información no solo sobre cualquier necesidad o problema específico a tener en cuenta, sino también sobre estrategias para facilitar su adaptación y bienestar. 

Una reunión antes de que empiecen las clases brinda la oportunidad de obtener información sobre los intereses, puntos fuertes y preocupaciones del niño o niña, que puede ser muy valiosa para el profesorado. 

Algunos casos requerirán que se defina un plan conjunto para acompañar la transición, para lo cual son esenciales los mecanismos de comunicación entre las partes.

 

No hay dos niños ni dos niñas iguales, pero hay algunas estrategias que el profesorad puede aplicar y que tanto las personas que viven bajo la tutela del Estado (o que fueron adoptadas) como sus familias (o quienes les acompañaron en su crecimiento, como las educadoras sociales de los centros de acogimiento residencial) nos han dicho que han mejorado sus experiencias al pasar de la escuela primaria a la secundaria:

  • Familiarizarse con el nuevo entorno

    Permíteles conocer de antemano el nuevo entorno y a parte del personal. Visitar las instalaciones más de una vez antes de que empiece el curso escolar (o fuera del horario escolar si el cambio se produce cuando ya ha empezado el curso) es una buena idea. Esto puede incluir dibujar un mapa o hacer fotos de los edificios o las aulas para ayudarles a recordar y familiarizarse con su nuevo entorno. También puede ser útil programar una reunión a la hora de comer o de la merienda con una profesora o profesor dispuesto a actuar como punto de referencia.
  • ¿Cómo te va?

    Habla con ellos/as para saber cómo les va, tanto académicamente como en términos de bienestar. Es posible que tengan dificultades para integrarse o hacer nuevas amistades y entablar relaciones positivas con el resto de la clase. Ten en cuenta que sentirse seguro y acogido es prioritario: los sentimientos de aislamiento, ansiedad o estrés pondrán en peligro la posibilidad de adquirir nuevos aprendizajes. o estrés pondrán en peligro la capacidad de adquirir nuevos aprendizajes.
  • Abordar los problemas desde el principio

    Establece un proceso de seguimiento con los/las estudiantes y sus familias o cuidadoras de referencia para identificar cualquier problema en el período de transición. Colabora con ellos para resolver cualquier inquietud o dificultad y proporcionar apoyo adicional si es necesario. Reconoce y legitima su malestar y pregúntales qué podría ayudarles. La coordinación con sus familias y/u otros profesionales puede ser necesaria, pero es importante que niños, niñas y adolescentes se sientan parte del proceso y perciban que sus necesidades y demandas se sitúan en el centro.
  • Identificar una persona de referencia en el centro educativo

    Designar a alguien del personal del centro para que actúe como contacto clave al que el alumnado pueda acudir en busca de apoyo contribuirá a que se sienta valorado y apoyado y a que sepa que siempre hay alguien disponible cuando alguna cosa les despierte ansiedad o necesiten ayuda. Esta persona clave puede establecer gradualmente una relación con los y las estudiantes, saludándoles a su llegada, mostrando un interés genuino en sus personas, asignándole tareas o responsabilidades especiales y hacié comentarios positivos. Lo ideal sería que esta persona siguiera siendo la misma a medida que pasan los cursos.

Recomendaciones para familias y cuidadores/as

La forma en que las familias o cuidadores/as principales afrontan esta transición influye en la experiencia del niño o niña. He aquí algunas recomendaciones que pueden ayudar:

  • Escuchar con empatía

    Tómate el tiempo para sentarte con él o ella y hablar de sus expectativas y preocupaciones. No minimices sus preocupaciones o puntos de vista: haz todo lo posible por mostrar empatía y comprensión. Pregúntale qué podría ayudarle a resolver sus problemas concretos. Recuérdale sus puntos fuertes y sus éxitos pasados, como cuando sentía preocupación o estaba aprendiendo algo nuevo y al final lo consiguieron.
  • Visitar el centro con antelación y practicar el camino de ida y vuelta.

    Visitar el nuevo centro cuando no está abarrotado les permite familiarizarse con las instalaciones y el personal. Anticipa los desplazamientos y, si consideras que puede aumentar su seguridad, haz fotos o dibuja o imprime mapas que sirvan de apoyo para memorizar los itinerarios.
  • Proporcionar información útil

    Una reunión con el profesorado antes de que empiecen las clases puede ser esencial para el éxito de la transición. Prepara la reunión haciendo un guion de lo que es importante transmitir. Intenta sentar las bases de una comunicación positiva, incluyendo si es necesario a otras personas (por ejemplo, profesionales que están trabajando con el niño o niña desde los servicios de salud mental, psicología, etc.).
  • Planificar tiempo extra juntos

    Es una buena idea planear alguna actividad conjunta agradable durante las primeras semanas en el nuevo colegio o instituto. Ya sea tomar un helado, jugar a las cartas, cocinar o dar un paseo, cualquier actividad relajante que podáis disfrutar juntos puede proporcionarles valiosos momentos de tranquilidad y una oportunidad para compartir sus logros o preocupaciones.
banderita CEE

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