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De árboles genealógicos y fotos de bebé:
Actualización de algunas tareas clásicas

Las tareas escolares deben fomentar el respeto a la diversidad y ser sensibles a la historia vital de cada niño o niña. Para lograr este objetivo es necesario revisar algunos conceptos y tareas clásicas, el uso de un lenguaje apropiado, la revisión de libros y materiales y la eliminación de estereotipos.

Las sociedades actuales se caracterizan por una amplia diversidad familiar, lo que se refleja en las aulas de todas las escuelas. Es importante tener en cuenta factores como el respeto a la diversidad y la inclusión al planificar las tareas escolares y extraescolares, adaptándolas al nivel cognitivo del alumnado.

Sin embargo, al revisar los libros de texto, la bibliografía utilizada en las aulas, los carteles escolares, los murales, etc., aún se encuentran con frecuencia ejemplos de imágenes estereotipadas o textos inapropiados. Estas ilustraciones y palabras no representan la realidad existente y, en ocasiones, pueden herir la sensibilidad de los niños y niñas.

Afortunadamente, hoy en día es fácil encontrar literatura infantil perfectamente adaptada a todas las realidades existentes, donde tanto el alumnado como sus familias se sienten representados y se fomenta la empatía y el respeto. Estos materiales ayudan a actualizar conocimientos y están accesibles en todas las bibliotecas escolares.

En cuanto a algunas tareas clásicas de aula relacionadas con la familia, los orígenes o la genética, que se han utilizado repetidamente en las escuelas, es importante aplicarlas con sensibilidad y teniendo en cuenta las circunstancias familiares, las historias vitales o la situación actual de cada menor.
A continuación, se presentan algunos ejemplos de actividades clásicas y cómo podrían replantearse en las escuelas para trabajar de forma inclusiva:

  • Fotos de bebés

    Puede que algunos niños o niñas no tengan una foto suya de cuando eran bebés (y que además, su carencia se relacione con episodios difíciles de su pasado, como la separación de su familia de origen o un complejo proceso de migración forzada). Si lo que se busca es una actividad que muestre la evolución de los rasgos físicos con el paso del tiempo, pida en su lugar una foto de cuando eran más pequeños/as. Esto permite al alumnado elegir la época de su vida que más les apetezca recordar. Otra opción podría ser hacer un reportaje fotográfico en el aula a lo largo del trimestre o del curso escolar, para que toda la clase pueda compartir imágenes similares.
  • Datos de nacimiento y autobiografías

    Asumir que todo el mundo tiene acceso a datos como el peso al nacer o a una ecografía es demasiado suponer. Quienes viven bajo la tutela del Estado o llegaron a su familia a través de una adopción pueden tener lagunas importantes sobre datos de su propia biografía, así como momentos delicados que no desean revivir y compartir.
    Si se trata de compartir algún momento especial de la trayectoria vital y trabajar la narrativa cronológica, anímeles a elegir un período concreto: un viaje, un verano, etc . Otra posibilidad es trabajar «líneas de tiempo» de personajes históricos o investigar sobre una persona específica (alguien de su entorno, alguien famoso) que sea de su interés.
  • Día del padre o de la madre

    Actualmente son muchos los niños y niñas que no viven en una familia tradicional compuesta por un padre, una madre y los hijos e hijas que engendraron. Los hay que viven con uno de sus progenitores sin apenas relación con el otro (o con su padre o madre que adoptó en solitario), víctimas de la violencia doméstica cuyo padre y/o madre han sido alejados de ellos por decisión judicial, niños y niñas que viven en familias de acogida o en centros de menores, que viven en familias homoparentales… Pedirles que realicen un regalo para una figura que han perdido o que no existe en su vida supone recalcar innecesariamente su pérdida, su dolor o su diferencia. Son ya muchos los colegios que han sustituido estas celebraciones clásicas por fórmulas más abiertas, como “el Día de la Familia” o “el Día de las personas que nos cuidan”, de modo que todos y todas puedan reconocer y celebrar la existencia de quienes se ocupan de ellos y les proporcionan cuidados y afecto.
  • Árboles genealógicos

    Dado que las familias no se basan únicamente en vínculos biológicos, el problema de un árbol genealógico es su inflexibilidad, que encasilla a las personas y cierra la diversidad de la que estamos hablando.
    Sin embargo, los árboles familiares pueden ser proyectos enriquecedores para explorar diferentes modelos de familia y subrayar que, en esencia, son iguales: las familias están formadas por personas que se quieren y se cuidan y tienen sentimientos de pertenencia a un grupo y a su sistema de valores.
    Con un poco de imaginación, se puede optar por un enfoque abierto (por ejemplo, la galaxia familiar o árboles de diferente estructura), en el que cada cual pueda reflejar con libertad la red de personas que constituyen su unidad familiar. En los casos de adopción o acogimiento familiar, algunos niños y niñas pueden incluir una sola de sus familias; otros puede que incluyan tanto sus familias de origen como aquellas con las que conviven. Ambas alternativas deberían ser respetadas y tomadas con naturalidad.
  • Actividades sobre genética

    Cuando se trabaja la genética en la escuela, a veces se pide al alumnado que indague sobre la procedencia de algún rasgo específico (como el color de sus ojos o del pelo) para ayudarles a entender cómo se transmite la genética a través de las distintas generaciones familiares. Esto puede ser problemático hoy en día, ya que muchos de ellos no tienen vínculos genéticos con quienes componen sus familias. Además, para aquellos que perdieron la conexión con su familia biológica a una edad temprana, la tarea no solo es imposible de realizar, sino que pone de manifiesto un doloroso vacío de información sobre ellos mismos. En lugar de centrarse en las relaciones familiares, el profesorado puede encontrar opciones más inclusivas, por ejemplo, sugiriendo que imaginen parejas ficticias entre ellos (o de personajes célebres) y discutan cómo podrían ser sus descendientes.

Recomendaciones para familias y profesorado

Crear espacios seguros donde los alumnos y alumnas puedan sentirse emocionalmente seguros implica tener en cuenta los elementos curriculares y todo lo que afecta al entorno escolar. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Plantear las tareas con un enfoque inclusivo

    Antes de plantear una tarea en clase, asegurarse de que es igualmente válida para todo el alumnado. Evite utilizar estereotipos, elementos discriminatorios o temas que puedan herir sensibilidades.
  • Tener en cuenta la información y los recursos aportados por la familia

    Una buena coordinación y comunicación familia-escuela ayuda a la hora de planificar las tareas “delicadas” que se realizan en el aula. Conocer los temas sensibles que puedan estar afectando al niño o a la niña es fundamental para abordarlos de la forma más adecuada posible.
  • Revisar los materiales utilizados en el aula

    Revise periódicamente los materiales utilizados en el aula, como libros de texto, bibliografía y carteles. Asegúrese de que en ellos se promueve el respeto a la diversidad y son inclusivos, de manera que todo el alumnado pueda sentirse representado.
  • Cambiar el centro de atención

    Sustituir a los alumnos y alumnas por personajes famosos, históricos o de ficción cuando realicen determinadas tareas de investigación o búsqueda de datos evita poner el foco en las carencias de información y los episodios difíciles que pueden (y están en su derecho de) no querer compartir.
banderita CEE

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