Convertirse en una escuela sensible al apego, el trauma y la adversidad temprana

Cuando las familias y el equipo profesional describen las experiencias positivas de sus hijos o hijas en la escuela, no sólo están hablando de lo que la escuela ha hecho por ellos, sino también, más ampliamente, de la ética y los valores de la escuela. La dirección de la escuela debe impulsar y modelar los cambios que desea ver.

Desarrollar políticas y prácticas sensibles en los centros escolares para acoger la diversidad requiere reexaminar muchas de las formas de hacer en la escuela desde múltiples perspectivas. A la hora de trabajar específicamente sobre cómo incorporar perspectivas sensibles en el trabajo con personas que han vivido experiencias de adversidad temprana, como con otros temas, el cambio será relevante y adecuado en la medida en que en su diseño participen distintas perspectivas, es decir, no sea simplemente decidido e implementado “desde arriba”.

El trabajo resulta más eficaz cuando se conforma un «grupo de trabajo» de personas que están:

  • Comprometidas y motivadas por su interés personal o profesional.
  • Suficientemente empoderadas y respaldadas para conseguir que los cambios propuestos se implementen.
  • Implicadas en el día a día de la escuela como para modelar los cambios que quieren ver.
  • Conectadas para articularse con e incorporar a la causa a otras personas de la comunidad escolar.

Inicialmente, este «grupo de trabajo» debería tener una tarea definida y limitada en el tiempo: trabajar para crear una escuela más consciente y sensible a los efectos de la adversidad temprana y las experiencias traumáticas. Definir las tareas ayudará a ceñirse al objetivo, en lugar de permitir que se convierta en algo tan amplio que no pueda abordarse con eficacia.

Idealmente el equipo debería incluir:

  • Un/a miembro del equipo directivo.
  • Una persona coordinadora de las necesidades educativas especiales (coordinadora de bienestar, orientadora escolar, etc.) o la persona responsable de esta área de apoyo dentro de la escuela.
  • Una persona que represente al profesorado.
  • Una persona que represente al equipo de auxiliares docentes/auxiliares de apoyo.
  • Un inspector o inspectora si es posible.
  • Un padre/madre de una familia de acogida o adoptiva.
  • Una persona joven de acogida y otra con experiencia como persona cuidadora.

Todo el mundo tiene agendas muy apretadas y nadie quiere asistir a reuniones que no sean claramente útiles. A la hora de planificar las reuniones, es importante determinar qué puede aportar cada persona y cuál es la mejor manera de hacerlo.

Cuestiones clave a tener en cuenta:

  • ¿Es necesario que todo el equipo de trabajo asista a todas las sesiones?
  • ¿Qué acciones pueden realizarse entre reuniones?

Para responder a estas preguntas, conviene pensar en conjunto quién aporta cada una de las siguientes competencias e información y cuándo son necesarias:

  • La experiencia vivida de la adopción y lo que significa ser una persona adoptada o una familia adoptiva.
  • Experiencia vivida como persona cuidadora y lo que significa tener experiencia como tal y vivir en una familia alternativa.
  • Comprensión del impacto del apego, la adversidad temprana y las pérdidas.
  • Habilidades de comunicación para tender puentes entre el grupo, la escuela y las familias, particularmente las adoptivas y de acogida.
  • Vínculos y contactos con las fuerzas de seguridad locales, la Administración y la comunidad en general.
  • Capacidad de organización para garantizar que el grupo se mantiene en el buen camino y cumple los objetivos acordados.

El grupo de trabajo debe mantener a todas las personas de la escuela informadas de los progresos, de modo que sientan que el cambio se está haciendo con ellas y no sobre ellas. También debería consultar a las familias de acogida y las familias adoptivas de la comunidad escolar, lo que es especialmente importante si, a pesar de haberse intentado, no están representadas en los perfiles del grupo de trabajo, pero no solo en este caso. Es necesario reconocer que la voz de un familiar de acogida (o de una madre o padre adoptivo) no es representativa de todo el colectivo.

Recursos:

Inside I’m Hurting: Practical Strategies for Supporting Children with Attachment Difficulties in Schools

Working with Relational Trauma in Schools: An Educator’s Guide to Using Dyadic Developmental Practice

banderita CEE

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