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Cajas de la Calma

Una herramienta sencilla y eficaz para ayudar a los niños y niñas a controlar la ansiedad en la escuela.

En la mayoría de los colegios hay niños y niñas a los que les cuesta autorregularse o que necesitan ayuda adicional para mantener la calma cuando las emociones les desbordan. Reconocer y gestionar las emociones puede ser especialmente difícil para quienes han vivido experiencias de adversidad temprana, como quienes llegaron a sus familias a través de una adopción o quienes viven bajo la tutela del Estado en una familia de acogida o en un centro. A continuación se presenta una introducción al uso de las «Cajas de la Calma» en la escuela como herramienta de apoyo a estos niños y niñas. Son un recurso eficaz para el aula, pero también pueden ser útiles en el entorno familiar.

¿A quién van dirigidas?

Son adecuadas para cualquier niño o niña, pero resultan especialmente útiles para quienes:

  • Sienten ansiedad o preocupación
  • Les cuesta asimilar los cambios
  • Han sufrido una pérdida o han vivido experiencias de adversidad temprana
  • Tienen dificultades para concentrarse
  • Tienen dificultades para calmarse

Cómo prepararlas

Una vez que haya determinado qué niños o niñas se beneficiarían del uso de una Caja de la Calma, hábleles de cómo puede ayudarles y por qué. Por ejemplo: «Si estamos preocupados por algo, puede ayudarnos tener algo en la mano». Anime al niño o niña a decorar la caja para que se la haga suya y explíquele que la guardará en un lugar fácilmente accesible de la clase. Habla con el resto de la clase sobre la caja de la calma y sobre cómo puede ayudarles. Suele ocurrir que los otros niños y niñas muestran curiosidad al principio y luego pierden interés.

Qué contienen

Puede contener una selección de objetos, como por ejemplo:

  • una concha
  • plastilina
  • una marioneta de dedo
  • un animal pequeño (de peluche o de plástico)
  • una pluma
  • un violín de juguete
  • algo blando
  • muñecas rusas pequeñas
  • una foto de algo que sea importante para el niño o niña
  • algún objeto de transición (algo de su antiguo colegio o algo de su hogar) 

Cómo se utilizan

Se anima al niño o niña a elegir uno de los objetos de la caja para tenerlo consigo al principio de la jornada escolar y se le debe dar permiso para cambiarlo por otro varias veces a lo largo del día, pero quedándose sólo con uno cada vez. Se le anima a devolver el objeto a la caja al final de la jornada escolar.

En función de sus necesidades, se le debe animar a acceder a la caja:

  • a intervalos regulares durante la jornada escolar
  • después del recreo y a la hora de comer
  • durante una actividad o parte del día que le resulte difícil
  • en momentos de estrés, por ejemplo, cuando el profesor o profesora no están en clase (cambio de asignatura).

Seguimiento

Es importante supervisar de cerca las Cajas de Calma para:

  • asegurarse de que el contenido no distrae a otros niños o niñas
  • observar cuándo y cómo la utiliza el niño o niña y hacer cambios cuando sea necesario
  • determinar cuándo hay que sustituir los objetos por otros nuevos (suele ser aproximadamente cada 4 – 6 semanas)
  • evaluar su eficacia.

Recursos: 

Louise Bomber (2007). Inside I’m Hurting: Practical Strategies for Supporting Children in with Attachment Difficulties in Schools. Londres: Worth

banderita CEE

The BRIGHTER FUTURE project has been funded with support from the European Commission. This publication reflects the views only of the authors, and the Commission cannot be held responsible for any use which may be made of the information contained therein.